La Osteoartritis (OA) es una enfermedad crónica y degenerativa de las articulaciones, es decir es una enfermedad de larga evolución en la que el cartílago que recubren los huesos dentro de una articulación se desgasta con el tiempo.
La OA también es conocida por muchos otros nombres, tales como enfermedad articular degenerativa, artrosis o osteoartrosis.
El cartílago articular es la parte de la articulación que disminuye la fricción de los huesos durante los movimientos. En la Osteoartritis el desgaste continuo del cartílago se produce durante años debilitando la articulación y produciendo los síntomas de la Osteoartritis que incluyen, dolor, inflamación de la articulación, rigidez y perdida del movimiento articular.
Grafico 1: comparación ilustrativa entre una rodilla normal y una rodilla con OA.
Los síntomas se inician a partir de los 40 años y avanzan lentamente, incluso antes en paciente con secuelas de lesiones traumáticas.
Después de la edad de 50 años, las mujeres presentan más frecuencia de OA que los varones.
La OA puede afectar cualquier articulación sin embargo es más frecuentes en caderas, manos, rodillas, zona lumbar (espalda baja) y cuello.
Causas:
Aunque la causa exacta de la Osteoartritis se desconoce, investigaciones han demostrado que existen varios factores que aumentan el riesgo de desarrollar OA, entre ellos:
la herencia
La obesidad
Lesiones de las articulaciones (artritis postraumática)
Uso excesivo repetido de ciertas articulaciones
Debilidad muscular
Lesiones de los nervios (artritis neuropatía)
Diagnóstico
Es fundamental una adecuada historia clínica del paciente para investigar antecedentes congénitos, traumáticos, inflamatorios, tumorales o adquiridos que puedan afectar y degenerar las articulaciones. Cabe mencionar que un paciente con dichos antecedentes desde su niñez puede no manifestar síntomas sino hasta su edad adulta.
Entre los principales exámenes para diagnosticar Osteoatritis están:
Radiografía: en el primer examen que debemos realizar ante la sospecha diagnostica. En ella podemos evidenciar el estado de la articulación y el grado de degeneración.
Tomografía computarizada: es un examen que utilizamos para definir mejor el estado óseo ya que nos permite valorar tridimensionalmente la articulación afectada.
Resonancia magnética: nos permite definir mejor los tejidos blandos como meniscos, ligamentos, tendones y músculos. Poco usado para el diagnóstico de osteoartritis.
Síntomas
En la osteoartritis el cartílago existente entre las articulaciones erosiona y ocasiona síntomas como el dolor principalmente, la hinchazón, perdida de la movilidad y deformidad articular en estadios avanzados de la enfermedad. En las primeras etapas de la enfermedad el dolor es leve o moderado, sin embargo, en etapas avanzadas el dolor puede ser tan intenso que incapacita parcial o totalmente al paciente. Todo ello implica una disminución de la función en la articulación afectada traduciéndose en una menor capacidad de llevar a cabo actividades cotidianas de la vida diaria.
Grafico 2: Radiografia anteroposterior y lateral de rodilla derecha normal.
Grafico 3: Radiografía Anteroposterior y lateral de rodilla que muestra una degeneración avanzada de la articulación.
Tratamiento no quirúrgico
El tratamiento de la Osteoartritis depende de la severidad de la enfermedad. En grados leves o moderados se implementará programas de fisioterapia, ejercicios aeróbicos, control de peso, educación al paciente y medicamentos.
La terapia física y/o ocupacional ayudara al paciente a mejora el dolor y la movilidad de la articulación afectada. Independientemente del grado de degeneración articular es fundamental controlar el sobrepeso con programas de nutrición óptimos para el paciente.
Para aliviar el dolor usamos analgésicos que permitan controlar las molestias del paciente, principalmente paracetamol. Podemos hacer uso de AINEs pero por periodos no prolongados porque podría irritar la mucosa gástrica y además no debemos usar en paciente con patología cardiaca o renal. Otros fármacos como el tramadol, potente analgésico opioide, se recomienda en casos de dolor muy intenso.
Los suplementos nutricionales con la glucosamina y el condroitin sulfato son medicamentos que pueden aliviar los síntomas del paciente, aunque no está demostrado que ayude a la regeneración del cartílago. Las inyecciones de ácido hialurónico (synvics) están aprobadas por la FDA y constituyen una excelente alternativa en estos pacientes, ayuda a lubricar y amortiguar la articulación aliviando los síntomas del paciente.
Tratamiento quirúrgico
La cirugía será útil si existen grandes daños en las articulaciones, dolor persistente en las mismas y discapacidad debido a la limitación del movimiento articular.
La artroscopía permite examinar el interior de la articulación para determinar hasta qué punto está dañado el cartílago. Además, la artroscopía puede utilizarse también para retirar piezas del cartílago dañado en las etapas tempranas de la artritis o para alisar la superficie del cartílago.
La osteotomía corrige la deformidad de los huesos al cortar y volver a colocar el hueso en una mejor posición. La osteotomía de la tibia (espinilla) se efectúa con el fin de cambiar la posición de la pierna que carga más peso de manera que el peso recaiga sobre el cartílago sano y se reduzca el dolor de rodilla. Esta intervención se ha vuelto mucho menos común desde el surgimiento de la cirugía de reemplazo de articulaciones.
La artroplastia articular total consiste en revestir de nuevo la superficie de la articulación que haya sido destruida por la artritis. Existen múltiples tipos de prótesis articulares y la elección de la protesis por parte del cirujano ortopédico es fundamental para el éxito en el tratamiento del paciente.
El reemplazo total de articulaciones ha sido realizado ampliamente por muchos años, y los resultados son excelentes, especialmente en caderas y rodillas.
Grafico 4: Artroplastia total de cadera izquierda.
Grafico 5: Protesis total de rodilla derecha